Si te has practicado un aborto hace poco, o si lo hiciste hace tiempo…
Si te sientes mal por ello y quieres hacer algo para limpiar y sanar…
Hace algunas semanas me escribió una chica para contarme que tras cuatro abortos provocados, había perdido su quinto embarazo, ésta vez deseado. La chica estaba pasando por un momento muy doloroso, además de que ya había tomado conciencia de que había obrado mal, y estaba muy arrepentida. Además de informarme de que mi libro «Abriendo Canales de Vida» le había servido mucho y le había ayudado a tener esperanza, me solicitaba algún consejo
Lloré leyendo su mensaje. Lloré con su historia, con su dolor, y por ver su camino hacia la luz y la esperanza. Lloré por las vidas que se han quedado en ese camino…
El problema con el aborto es que nos le han vendido como que es nuestro derecho y señal de la libertad que hemos alcanzado las mujeres en nuestra vida sexual y reproductiva, pero a pocas le cuentan las consecuencias emocionales y espirituales que sobrevendrán una vez hayan sacrificado a su hijo en nombre de esta falsa libertad.
Quiero dejar claro que tanto a nivel personal como profesional, NO JUZGO a la mujer. Juzgo el hecho y la mentira sobre la que se ha construido este supuesto derecho. Sobre todo, juzgo el Negocio de Muerte que se ha levantado en torno a tan deplorable forma de violencia.
Muchas mujeres toman la decisión de abortar debido a fuertes presiones en la pareja, en la familia, en el trabajo, o por estudios, por considerar que no es buen momento para ellas… y únicamente tienen la vista puesta en solucionar «un problema». El problema de verdad viene cuando tras el aborto, llega el VACÍO. Cuando se dan cuenta de que ahora, el peso que van a cargar el resto de su vida es terrible… Tarde o temprano, se despierta a la realidad, y entonces, ¿cómo sobrellevar el peso de un hijo muerto sobre los hombros?
¿Qué pueden hacer ahora las chicas y las mujeres, que se han practicado un aborto?
Al hijo, por desgracia, ya nada puede devolverle la vida. Entonces, ¿qué se puede hacer? Déjame decirte que no tienes que cargar con este peso toda tu vida, ¡puedes hacer algo al respecto!
Estamos acostumbrados a ver el trabajo ProVida enfocado a concienciar y a tratar de evitar el aborto. Pero el trabajo ProVida se enfoca a defender la dignidad de la persona desde su concepción hasta la muerte natural. Es decir, también se ocupa de acompañar a las mujeres después de que se hayan practicado un aborto. Momentos en los que necesitan reconstruir su dignidad y perdonarse.
Cuando me preguntan: ¿y ahora qué puedo hacer? mi respuesta es ésta:
DESAGRAVIAR Y REPARAR
¿Qué significa esto? Un agravio es una ofensa. ¿A quién has ofendido? Primeramente a Dios, que es el único Dador de Vida y quien creó con sumo amor a la criatura de tu vientre. Él eligió el momento perfecto para que tu hijo llegara a tu vida. Tal vez a ti no te pareció que era un buen momento, pero Dios, que ve todo… Te envió a un ángel por alguna razón. Al rechazar esta vida que Dios creó, lo has ofendido. Después, el agravio es hacia tu hijo, esa vida que has rechazado y a la que has negado la posibilidad de vivir y de cumplir el propósito de su vida. Sobre todo, ese ser humano al que has privado de tu amor.
Me es sumamente complicado hablar de este tema sin sentir que las palabras resultan tremendamente frías. Quiero que sepas que no te estoy acusando de nada, pero es el momento de que llamemos a las cosas por su nombre.
Y si estás en esta situación, si te has practicado un aborto y deseas hacer algo para sanar tu alma y reconciliarte con Dios y con tu hijo, primero has de darte cuenta de lo que has hecho.
⇒ Arrepentirte: Tener un deseo profundo de rectificar. Entender que la vida es dada por Dios, que no somos dueños de la vida de nadie, y no podemos decidir quien vive y quien muere según nuestras circunstancias y deseos personales.
⇒ Confesarte: Te dará mucha paz liberarte de la culpa y recibir el perdón de Dios. Para poder llegar a perdonarte a ti misma, has de pedir perdón a Dios y a tu hijo. Sí, a tu hijo también. Por haberle rechazado. Por la falta de amor. Por no haber defendido su vida. Por haberle fallado… Esto no es para que te fustigues ni te lastimes más de lo que ya estás, pero es importante que tomes consciencia y que pidas perdón.
⇒ Reconocer a tu hijo: ¡¡Tu hijo no ha desaparecido!! Está en el plano espiritual, en alguna parte, esperando tu amor. Ponle un nombre, reconoce su existencia y dale un espacio en tu vida aunque no lo hayas recibido en ella. Hacer como que no ha existido únicamente puede dañarte más.
⇒ Bautizarlo: Sí, se puede bautizar a los niños abortados, aunque no estén de cuerpo presente. Se puede realizar un Bautismo de Deseo, un Bautismo Espiritual. Lo ideal es que sea el mismo Sacerdote con quien te confiesas el que realice el bautismo de tu pequeño. Al bautizarlo, lo reconoces como hijo de Dios. Encomiéndaselo a Él, y agradece a tu bebé por haberse puesto en tus manos, ¡a pesar de todo!, por su confianza en ti, y porque ahora estás comprendiendo el valor de su vida.
⇒ Enterrarlo / despedirlo: Encuentra la manera simbólica para dejarlo ir. Nuevamente, con este gesto lo estás reconociendo y le estás dando un lugar, un espacio. Puedes plantar una flor en su memoria, y tener un lugar donde poder comunicarte con él.
⇒ Ora: Ora a Dios. Guarda silencio. Abre espacios donde poder llenarte de paz y donde poder «estar» con tu hijo. Realizar un «encuentro espiritual» con él. Donde darle la bienvenida que en su momento no hiciste, tomarlo en tus brazos, besarlo, y colocarle en brazos de Jesús, de la Virgen María o de algún Ángel. Te recomiendo rezar el Santo Rosario y ofrecerlo como Desagravio.
Si en este momento de tu vida, deseas ser madre, has de sanar tu útero. ¿Por qué? Porque ha sido un espacio de tortura y muerte y ha de convertirse en un espacio de vida, para albergar la vida.
Y además… REPARA
¿Cómo? Tu testimonio es de GRAN VALOR y puede ayudar a otras mujeres a tomar una mayor conciencia del valor de la vida y de las CONSECUENCIAS de practicarse un aborto. Nadie mejor que quien ha pasado por una situación, para poder hablar de ella.
Tu experiencia es importante y ¡¡puede salvar muchas vidas!!
Cielo, sé que es un Proceso MUY DOLOROSO, y si necesitas que te acompañe en ese camino de sanación interior, que te de orientación, o que veamos juntas de qué manera puedes REPARAR y poner tu grano de arena para que no mueran más niños en el vientre materno, estaré encantada de ayudarte.
Recibe un fuerte abrazo y recuerda que Dios y tu hijo, te aman,
y están deseando que tú también los ames