A día de hoy el aborto es un tema de primera fila. Se justifica de mil maneras y a grandes velocidades no sólo se ha ido infiltrando en la sociedad o tomando posiciones de poder, sino que se presenta cada vez más claramente como una imposición. Parece que se va volviendo obligatorio estar a favor del aborto o encontrar justificación para él.
Poco a poco se va cerrando un círculo de intolerancia hacia quienes, a pesar de las presiones, siguen heroicamente defendiendo el más fundamental de todos los derecho: el derecho a la vida.
Lo llaman “derecho a decidir”, aludiendo al derecho de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo, obviando con toda la intención que su hijo NO ES parte de su cuerpo, sino un ser humano distinto, con su ADN propio y un corazón que late desde el día 21 de vida.
* Un estudio financiado por la Fundación Británica del Corazón (BHF) realizado en la Universidad de Oxford, revela que el corazón comienza a latir el día 16. Leer el artículo AQUÍ
En todo el debate del aborto se deja a un lado, también con toda la intención el tema de la responsabilidad. Y es que si una mujer no quiere ser madre, ¡está en todo su derecho! Nadie la obliga. Pero es una decisión que implica una mayor responsabilidad, precisamente respecto a su propio cuerpo y a las decisiones que debe tomar consecuentemente a su decisión de no transmitir la vida.
Mantener sexo de forma irresponsable y esperar a decidir no querer ser madre al momento en el que el hijo YA está gestándose, no es admisible entre las justificaciones que tanto reclaman desde el feminismo y el lobbie abortista.
Desde que en la red social Twitter me solté la melena y empecé a hablar claramente sobre este y otros temas, fundamentalmente en defensa de la vida de los más inocentes, no son pocas las personas que desde su falsa tolerancia me han insultado y acosado. Por poner un ejemplo reciente, en una conversación se me dijo “eres una sinvergüenza” por el simple hecho de estar defendiendo la vida de los más pequeños. Es curioso que se me tache de “sinvergüenza” por no querer asesinar a mis hijos…
Observo, y mucho, los argumentos de los pro-aborto y me doy cuenta de que siempre son los mismos, salen de unos deditos que tecleean las mismas frases, las mismas consignas masticadas por aquellos que mueven y financian el mayor negocio de muerte del mundo, y que se sirven de jóvenes y niños (porque todavía son niños) que están deseando verse libres de cualquier tipo de responsabilidad, dejándose arrastrar con promesas de una falsa libertad. Todavía el tema es más grave cuando se trata de personas adultas, en cuyo caso hay que sospechar de una pérdida irreparable de humanidad.
Pero hay una razón, sobre todo una que comparte todo aquel que justifica y defiende el aborto como si le fuera en ello la propia vida. Quienes hacen de la defensa del aborto la razón de su existencia, tienen en común una cosa: LA FALTA DE AMOR
No ya, (que también), una falta tremenda de respeto por la vida humana. El problema es mucho más profundo, y es la total falta de amor.
Aquí el derecho a elegir, para mí está muy. Muy claro. ¿Elegir entre qué opciones?
Cuando una mujer está embarazada, la primera decisión en este sentido se centra en una sola cosa. La elección está entre AMAR o RECHAZAR a su hijo. Y de esta primera parte todo lo demás.
Por muchas dificultades que puedan presentarse por delante, cuando una mujer decide AMAR a su hijo, busca soluciones de vida. En cambio, si decide RECHAZAR a su hijo, todo servirá de justificación para asesinarlo.
Aquí entra, además, la responsabilidad colectiva, de todas las personas que rodean a esta mujer y que también deciden dónde posicionarse. Si deciden ayudarla a encontrar esperanza y que apueste por la vida, o en cambio, si deciden dirigirla hacia la oscuridad que tendrá como consecuencia la muerte de su hijo y el vacío en el corazón para el resto de sus días.
Yo sé lo que es amar a mi hija. Y sé que nada en el mundo hubiera podido convencerme de renunciar a ella. Sé que cuando uno ama, es capaz de dar la vida por lo que ama, más aún cuando se trata de la vida de tu hijo.
Y sé que quienes justifican vehementemente el aborto, no son capaces de amar a sus hijos, y seguramente sean personas que aún no son capaces de amarse a sí mismas.
¡No aman la vida!
Cada vez es mayor el número de abortos.
¿Por qué?
Precisamente porque en el mundo cada vez está más latente la falta de amor. Las relaciones sexuales que mantienen los jóvenes están llenas de lujuria y diversión pero apenas se encuentra amor en ellas. Y afirmo que no hay amor en ellas porque el amor es generoso. El amor es paciente, hace que las personas se entreguen, se comprendan, se respeten y se valoren unas a otras. ¿Dónde hay espacio para algo de esto en el “amor libre”, promiscuo y variado?
Una madre que acude a descuartizar vivo a su pequeño hijo, es una persona que carece de amor. Así de absoluta es mi afirmación. Con toda seguridad y en una amplia mayoría incluso podemos afirmar que lo que mueve a ese acto atroz, además, es el EGOÍSMO. Un egoísmo terrible que lleva a que un ser humano inocente sea privado de su derecho más elemental, y que lleva a una madre a deshacerse de su hijo, incapaz de amarlo, de aceptarlo… Y una madre que elige RECHAZAR a su hijo, claramente ha decidido NO AMARLO.
Vemos que socialmente, el aborto es cada vez más aceptado, hasta como dije al principio, ser casi impuesto por obligación, y esto es así porque en la sociedad cada vez falta más amor. Cada vez somos más individualistas, y pensamos que nuestras decisiones y acciones son únicamente nuestras y que nadie ha de entrar en ellas; de igual forma pensamos que lo que hagan los demás no nos afecta y así construimos un mundo insensible abandonado en los brazos del relativismo moral, en el cual el espacio para el amor es NULO.
¿Qué madre que AME a su hijo elegiría la muerte de éste bajo cualquier tipo de circunstancia?
¿Qué madre que AME a su hijo antepondría sus intereses a los de éste, más aún cuando tal cosa tuviera como consecuencia la muerte del pequeño?
¿Qué madre que AME a su hijo elegiría su propia vida por encima de la vida de su hijo?
¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos nacidos si estamos defendiendo nuestro “derecho” a haberles asesinado?
¿Qué espacio deja la sociedad para el AMOR INCONDICIONAL? ¿Qué fue de él?
¿Cómo queremos educar a nuestros hijos en el respeto, la tolerancia, la igualdad, cuando a la hora de la verdad lo que les transmitimos es que hubiéramos sido de capaces de asesinarlos si no se hubieran ajustado a nuestras expectativas?? Peor aún, cuando YA hemos asesinado al menos a uno de su hermanos.
¿Dónde está el amor a nuestros hijos cuando justificamos el hecho de poderlos matar?
Si no somos capaces de buscar SOLUCIONES DE VIDA, ¿para qué servimos?
El problema que lleva a las mujeres a entregar a sus hijos en sacrificio no es la pobreza, no es la falta de estudios, no es un problema de salud, no es que se les vaya a estropear la vida, no… Tampoco es que se traguen el cuento de que solamente se trata de un cúmulo de células y tal y tal y que en realidad no matan a nadie, ¡no! Porque aunque descubran que eso es mentira y que en realidad sí que están matando a un ser humano, ¡les da igual!
Podemos ver que lo que digo es cierto ante la salvaje ley de Nueva York en la que se permite asesinar al no nacido ¡¡hasta el momento mismo del alumbramiento!! Ahí todos tienen claro que es un bebé, un ser humano, y siguen justificando y pidiendo su muerte.
Porque ya les convencieron de que están en su derecho de matarlo, por la sencilla razón de que “compraron” el derecho A NO AMARLO.
La RAZÓN PARA EL ABORTO es clara y contundente: Es la falta de amor.
*** Sé que puedo resultar muy cruda hablando, pero creo que es nuestra obligación hablar claro y llamar a las cosas por su nombre. Es necesario que pongamos TODA de nuestra parte para defender la vida y hacerle entender a quien quiera escuchar, la realidad del peor crimen que está cometiendo la humanidad
*** Si has abortado y no sabes qué hacer ahora con todo lo que sientes, con el vacío, el dolor o los remordimientos, te invito a leer “Desagravio y Reparación después del Aborto”. En este artículo te muestro que aún puedes hacer algo… Pulsa cobre la imagen para leer:
*** Si deseas seguirme en Twitter, mi cuenta es @IsaCoachYVida
¡Siempre con la vida!